lunes, 25 de mayo de 2009

Abusan compañías de automedicación

El Heraldo
Chihuahua, Chihuahua.- "Este producto no es un medicamento", "El consumo de este producto es responsabilidad de quien lo usa y quien lo recomienda", con estas frases cientos de productores tratan de deslindarse de la responsabilidad del uso de un producto de los denominados "milagro".

Y es que muchas compañías abusan del mal hábito de la automedicación de las personas y promueven la compra de remedios con nombres persuasivos, recomendaciones de personajes famosos y empaques luminosos, pero siempre conservando la leyenda de no responsabilidad.

Además las leyes mexicanas cuentan con huecos, mismos que las compañías y sus vivaces abogados saben acomodar a su mayor conveniencia para seguir ofreciendo productos "milagrosos", pero fuera de la ley, pues la promoción de estos remedios se ve amparada con la colocación de leyendas de advertencia.

Y es que en algunos casos, los "medicamentos-suplementos" sí están manufacturados de manera natural, pero pueden contener en sus ingredientes algunas plantas que son prohibidas para la elaboración de productos comestibles.

Uno de los medicamentos más famosos por tener este tipo de problemas fue "Capslim".

"Nos hemos encontrado con pastillas rellenas de zacate", dijo uno de los médicos de la Comisión Estatal Para la Protección Contra Riesgos Sanitarios, pues asegura que los charlatanes sólo cortan zacate del que crece en cualquier parte, lo deshidratan y muelen, para luego encapsularlo y ponerlo en el mercado.

Esta acción no pone en riesgo la salud de quien lo toma, pues se trata de zacate vulgar y el consumidor sólo pierde su dinero, pero si en lugar de zacate los fabricantes, por ignorancia o falta de profesionalización, utilizan una de las plantas que no se encuentran dentro del Codex interno de plantas, sí ponen en peligro la salud de quien consume sus productos.

Por otra parte, en los anuncios de estos productos es común observar pequeñas letras que en forma de cintillos o bien un discurso apresurado, pero siempre acompañado de imágenes sugerentes y acordes a los deseos del consumidor.

Y es que con el simple uso de cintillos y leyendas, los fabricantes pueden prometer, incluso, algunos hasta afirmar, que los resultados se aprecian después de minutos, pero siempre con la precaución de comunicar:

"Los resultados pueden variar de persona a persona", justificando así, la falta de resultados en una persona.

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